Sunday, March 1, 2009

Siete Nuevos Principios para Educar


Autor: Tomás Melendo | Fuente: www.edufamilia.com

Siete nuevos principios —y una clave— para educar aceptablemente

Educar no es una cuestión de acumulación de conocimientos. Se trata más bien de ayudar a desarrollar armoniosamente todas las dimensiones que cualifican a la persona

Asentados los tres principios fundamentalísimos que apunté en el artículo precedente, podemos considerar otros que se derivan de ellos y, en última instancia, con ellos se identifican y casi coinciden entre sí. De ahí que no me haya esforzado en encontrar un determinado orden con preferencia a cualquier otro. En cierta manera, en los párrafos que siguen, «todo está en todo».

1. Padres ejemplares… por amor

«Primum vivere…»: más enseña la vida que cualquier teoría

Los niños tienden a imitar las actitudes de los adultos, en especial de los que quieren o admiran. En concreto, jamás pierden de vista a los padres, los observan de continuo, sobre todo en los primeros años. Ven también cuando no miran y escuchan incluso cuando están (o parecen estar) super-ocupados jugando. Poseen una especie de radar, que intercepta todos los actos y las palabras de su entorno.

Por todo lo anterior, escribe Javier Salinas: «Educar no es una cuestión de acumulación de conocimientos. Se trata más bien de ayudar a desarrollar armoniosamente todas las dimensiones que cualifican a la persona. Esto constituye el primer servicio a toda persona. Una realidad que supone sobre todo educadores, alguien a quien imitar, con quien confrontarse, y que puede ofrecernos posibilidades para alcanzar la meta de la educación que es el ejercicio de la libertad y la voluntad de comprometerse con aquello que es bueno, noble y justo. […]
Por otra parte, no hay que olvidar que la educación es fundamentalmente imitación, conocimiento de valores y repetición de aquellas formas de comportamiento que hacen excelente a la persona.»

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